lunes, febrero 12, 2007

momentos en tu pensar.....

Y me encontré girando junto a ti. Era un lindo día, el sol deslumbraba y hacia resplandecer todo lo que tocaba… el viento, el viento era tibio y calmaba el calor del sol, agitaba nuestros cabellos y llevaba en él el hablar de nuestros aromas, que al unirse, ayudaban a dar el color al cielo…. Y ahí estábamos, juntos riéndonos y disfrutando el uno del otro y el otro del uno como dices tú. Era lindo, tú reías, y me hacías reír, deteníamos el tiempo con solo una mirada, éramos nosotros el todo de aquel bello lugar. Corríamos y soñábamos en una pradera verde y extensa y era solo nuestra… y cuando nos cansábamos de correr, cobijábamos nuestros besos bajo la sombra de un gran árbol, que decía ser nuestro, deslumbrado y enamorado de aquellos besos que me dabas y de aquellos que yo te daba y sonreía y nos hablaba con el crujir de sus ramas y el batir de sus hojas al viento… y gozaba y disfrutaba cada segundo de nosotros, siendo cómplice de nuestros sueños y nuestros secretos y a veces también de nuestros miedos… mientras juntos y descalzos lográbamos sentir la tierra fresca bajo nuestros pies y la tierra, lograba sentir la felicidad que se arrancaba de nosotros mismo… y volvíamos a sonreír…. Todos nos miraban, todos los animalitos y la naturaleza, todos nos envidiaban, nuestra alegría traspasaba y sobrepasaba todo lugar y todo ser, que vivía de este encuentro y de este lugar nuestro.

El sol brillaba y encandilaba, tocaba tus ojos y yo lograba verme en ellos, mientras acariciabas mi rostro, recostados en el pasto, sintiendo el sol, la tierra y la sobra... recostados solo a mirar el cielo y las nubes, y escuchar el dialecto de nuestro perfume, nuestro aroma, solo mezcla de nosotros, algo demasiado único…. Toda la naturaleza se encontraba suspendida con nosotros, no era un lugar terrenal ni celestial, era solo un lugar especial… Y las palabras, las palabras no eran necesarias, nuestros aromas y nuestras miradas hablaban por y con nosotros y todo bastaba con eso… mientras nuestros suspiros, movían las nubes y abrían el cielo y así podíamos ver con claridad… y descansábamos y volvíamos a correr, tú tomabas mi cintura y robabas mis besos y abatidos de felicidad, nos dejábamos caer sobre las praderas nuevamente, siendo así los mas felices.

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